Se comenzó desde el paraje Barranca Negra, 2200m río arriba, nadamos por el enorme Paraná hasta llegar al puerto local, luego de una larga transición tomamos nuestros rodados para dar una vuelta de 40 Km, aquí no me sentí cómodo, el hecho de haber dejado de competir en triatlón por casi 2 temporadas me pesó, perdí un pelotón, tratando de no desanimarme seguí adelante hasta que en 65' de pedaleo arribamos nuevamente al puerto, allí me calcé las zapas, gorra y gafas negras y a devorarse los 10K pedestres... Me llamó la atención la cantidad de gente que iba superando, una rápida lectura de la situación daba 2 posibilidades, o estaba muy atrás o venía muy fuerte,
como sea, recuperé terreno y arribé en la 19º colocación gral entre algo así como 400 triatletas. La frutilla del postre fue cuando me enterá que quedé 2º en mi categoría. Disfruté mucho en la entrega de premios junto a Chechu y Gretel.
como sea, recuperé terreno y arribé en la 19º colocación gral entre algo así como 400 triatletas. La frutilla del postre fue cuando me enterá que quedé 2º en mi categoría. Disfruté mucho en la entrega de premios junto a Chechu y Gretel.
Agradezco a mi AMIGO Marcelo Busdygan , quien me prestó SU bicicleta para que pueda entrenar y competir en el "Triatlón más grande de Sudamérica. y a mi entrenador Hugo Pellegrino quien en dos meses me transformó de maratonista a triatleta de nuevo....
Tuve la suerte de poder ganar la competencia de 10K , fue una sorpresa para mi ya que casi ni voy a correla, puesto que en la tarde anterior aterricé incursionando en el MTB, pero afortunadamente con hielo e ibuprofeno pude estar en la línes de largada. Cronometré 37' y pude hacerme con el primer puesto ya sobre el final.
pero… me parecía que el pacer iba un poco rápido, sacando cuentas estaba en lo cierto, de seguir así llegaríamos en 2:57’, un tanto arriesgado para mis pretensiones, llegado al medio maratón el grupo del pacer estaba unos 100m delante mio, seguía hidratándome en los puestos de abastecimiento, ya sea con agua o té, este último era en realidad una limonada dulce y tibia, además consumía geles de carbohidratos cada 40’-45’.En el km 27 me aparté a un lado para orinar, mi ritmo era algo más lento y sabía que mi sueño de las 3Hs se escapaba, pero hay que seguir, empezaron a dolerme las piernas, mi cadera que estuvo lesionada gran parte del año me lo recordaba a cada paso, todos los objetivos cambiaron a… TENGO QUE LLEGAR…En el km 35, la vista de la Kaiser Wilhelm Gedächtnis Kirche era impactante, en ruinas, con su cúpula trunca a fuerza de los bombardeos aliados en la 2ª Guerra Mundial, a la vera del asfalto un grupo de porristas bien alimentadas animan a los ya extenuados atletas, las saludo con el último atisbo de buena onda que me quedaba,
Km 38, otra parada para orinar, creo que pude haberla obviado, pero lo único que me importaba en ese momento era tener alguna sensación grata de cara a los últimos 4 Km y fracción.Km 41, curva a la izquierda y el ingreso a la calle Unter den Linden, de allí a la meta todo recta, miles de espectadores, mezcla de emociones, la puerta de Brandenburgo se ve cada vez más grande , hasta que paso bajo ella, no sé si voy a llorar, me beso la musculosa con la leyenda ARG que tengo bajo mi remera empapada de sudor y lluvia, contuve las lágrimas, alcé los brazos y corrí esos últimos 200m sumido en un estado parecido a estar en trance,
una especie de nirvana imposible de explicar. El reloj se detuvo en 3:12’03” pero el mundo seguía girando, mis solidarias piernas aún me mantenían en pie, cumplí un sueño… voy por más.