domingo, 3 de abril de 2011

MEDIO IRONMAN PIRIAPOLIS 113K, URUGUAY




Competir en un Medio Ironman ( en dónde se nadan 1900m , se recorren 90k en ciclismo, sin la poibilidad de hacerlo en pelotón y se corren 21k ) es un desafío en si mismo; yo iba por mi 5to Half, pero a cuatro años del último, lo sentía casi como un debut. Piriápolis es una ciudad balnearia hermosa, con una arquitectura de principios a mediados del S.XX rodeada por tres cerros ( San Antonio, El Toro y Pan de Azúcar ) lo que dá una mezcla de mar y serranías deliciosa. El día D se presentó diáfano, con poco viento, algo pasadas las 8:30 hs se dio largada desde la arena, casi tocando el agua, 120 triatletas se hicieron a la mar ( ¿ o río ? ). Pensar que técnicamente eso es un río, la realidad mostraba un hermoso y planchado mar verde, ya nadando se apreciaba la trasparencia del agua. En esta primer etapa, nadé parejo pero con resto, sabía que a las postres era poco más que una entrada en calor…mi reloj marcaba algunos segundos por encima de los 32’cuando emergí, subí las escaleras hacia la rambla, me quité el traje de neoprene y me adentré en la zona de transición, ubicada en el Argentino Hotel, para tomar la “chiva” ( en Uruguay: bicicleta ) Ya con casco y lentes de sol, monté mi Felt S22, que debutaba en competencias, salí hacia el este hasta el fin de la rambla, luego tomando por el puerto y saliendo en un incesante sube y baja hasta la ruta interbalnearia, de allí en dirección Punta del Este, hasta que pasando el aeropuerto se tomaba una rotonda para desandar el camino de vuelta, en total 2 vueltas iguales. Pude alimentarme e hidratarme bien, gracias a los puestos de abastecimiento, de todas formas empecé a sentir malestares gástricos producto de la mezcla inevitable de geles, banana, ticholos ( una especie de dulce de membrillo con banana ), agua y Gatorade. Rodé siempre con una sensación de poder ir un poco más fuerte, pero que era mejor reservar energías para la corrida, la decisión fue más que acertada, por otra parte, 34,5 Km/h de promedio, para mi era muy bueno. Dejé la bici en el parque cerrado, y a correr… obviamente que las piernas estaban “cargadas” pero poco a poco me iba soltando, en el retome del primer km y fracción me acalambré cerca del glúteo, unos pasitos rengo y todo pasó, mi mayor problema eran las ganas de vomitar que tenía, decidí no comer más y tomar mayoritariamente sólo agua. A cada paso una postal, un recorrido plano por la rambla y zona portuaria camino a Punta Fría, al volver al hotel se cumplió la primer vuelta, una crono parcial de 46’30” , restaban sólo algo más de 10,5k, falta menos, pero falta… ahora se me suma las ganas de orinar, traté de evitarlo pero en el Km 14 regué un árbol, perdí algo de tiempo pero luego, corrí mucho más liberado, faltando 3 km tiré todo al asador, traté de alcanzar a quien podía, dejé la piel, ya entrando a la alfombra de la llegada, veo el reloj sobre la meta, 4:51’, y escucho al locutor que dice, -“ aquí llega el 7mo , Ariel Bender” , grité para desahogarme y una sensación de satisfacción me invadió, algo hermoso, pero muy corto, a los pocos segundos ya quería estar con mis amores, Chechu y Gretel, cosas de viejo melancólico… Este primer puesto en la categoría de 40- 44 años no hubiera sido posible sin la ayuda de mucha gente, es por eso que quiero agradecer profundamente ( en orden aleatorio ) a Chechu y Gretel, a mi “hermano” Matute y su flia. argentina y uruguaya; a Alvaro Domini, Ale Laviano y su flia.; a Christian Burgos y Juan Lauro, a Fede Schneeberger , que me prestó las ruedas; a mi entrenador Hugo Pellegrino; mi nutricionista Lic. Gabriel Fantuzzi; mi osteópata Dra. Isabel Corro. Quiero dedicarle este triunfo a Aerolíneas Argentinas y a Aeroparque Metropolitano, ya que tanto a la ida, como a la vuelta ( de hecho regresé en Buquebus ) “sabotearon” mi performance, afortunadamente sin obtener resultados